19 sept 2010

¿Hay evidencia histórica a favor de la Resurrección de Jesús?

 

Un debate entre William Lane Craig y Bart D. Ehrman

Massachusetts 2006

 

  

 

Universidad de Massachusetts, año 2006

DR. CRAIG: Buenas tardes! Quiero decir lo agradecido que estoy por la invitación para participar en el debate de esta noche. Realmente, estaba deseando discutir estos temas con el Dr. Ehrman esta tarde.

Al prepararme para este debate me encontré con una gran sorpresa. Me sorprendió descubrir cuanto se parecen las historias de nuestras vidas. Como jóvenes adolescentes ligeramente marginados y con cierto contacto con el cristianismo en el pasado, las vidas de ambos dieron un giro cuando, a la edad de 15 o 16 años, ambos tuvimos la experiencia de un renacimiento espiritual a través de una fe personal en Cristo. Deseosos de servirle, ambos asistimos a la misma universidad en Illinois, Wheaton College, donde incluso tuvimos el mismo profesor de griego. Después de graduarnos, ambos continuamos nuestros estudios del doctorado.

A partir de ahí, nuestros caminos divergieron de un modo radical. Yo recibí una beca (ayuda de estudio) del gobierno alemán para estudiar la resurrección de Jesús bajo la dirección de Wolfhart Pannenberg y Ferdinand Hahn, en las universidades de Munich y Cambridge. Como resultado de mis estudios, llegué a estar incluso más convencido aún de la credibilidad histórica de tal suceso. Desde luego que, desde mi conversión, creía en la resurrección de Jesús basándome en mi experiencia personal, y aún pienso, que este tipo de aproximación a la resurrección a través de la experiencia es un camino perfectamente válido para conocer que Cristo ha resucitado. Es la forma en que la mayoría de los cristianos hoy saben que Jesús ha resucitado y vive. Pero, a resultas de mis estudios, llegué a ver que un caso marcadamente bueno puede hacerse a favor de la resurrección de Jesús también históricamente, y espero mostrar esta noche que la resurrección de Jesús es la mejor explicación para ciertos hechos bien establecidos sobre Jesús.

Tristemente, el Dr. Ehrman, llego a conclusiones radicalmente diferentes como resultado de sus estudios. En su más reciente libro, describe de un modo conmovedor cómo llegó a perder su fe de adolescente. No estoy seguro, según los escritos del Dr. Ehrman, si aún cree en la resurrección o no. Nunca lo niega, aunque niega que pueda haber evidencia histórica para la resurrección de Cristo. El mantiene, que no puede haber evidencia histórica para la resurrección de Jesús. Ahora bien, esta es una afirmación muy atrevida, por lo que naturalmente, estuve interesado en ver los argumentos que ofrecería para su justificación. Me sorprendió descubrir, que el argumento filosófico utilizado para esta afirmación, es un viejo argumento en contra de la identificación de los milagros que había estudiado durante mi investigación del doctorado, y que es considerado por la mayoría de los filósofos hoy en día, como demostrablemente falaz.

Pero, a fin de no dejar al Dr. Ehrman sin sus “truenos”, esperaré a que presente sus argumentos antes de mostrar donde reside la falacia.

Por ahora, quiero esbozar brevemente, cómo podría mostrarse un caso histórico a favor de la resurrección de Jesús. Al presentar un caso para la resurrección de Jesús, es importante distinguir entre la evidencia, y la mejor explicación de esa evidencia. Esta distinción es importante, porque en este caso, la evidencia es poco controvertida. Tal como veremos, la mayoría de los académicos están de acuerdo con ella. Por otro lado, la explicación de esa evidencia es controvertida. Que la resurrección se la mejor explicación, es un tema controvertido. Ahora bien, aunque Dr. Ehrman dice que no puede haber evidencia histórica a favor de la resurrección, veremos que, lo que realmente quiere decir, es que la resurrección no puede ser la mejor explicación de esa evidencia, y no que no exista evidencia alguna.

Y eso me lleva entonces, al primer punto importante que sostengo, a saber:

I.Hay 4 hechos históricos que han de ser explicados por alguna hipótesis histórica adecuada:

El entierro de Jesús

El descubrimiento de su tumba vacía.

Sus apariciones post-mortem

El origen de la creencia de los discípulos en la resurrección.

Ahora, veamos ese primer punto en mayor profundidad. Voy a mostraros 4 hechos que son ampliamente aceptados por los historiadores.

Hecho nº 1. Tras su crucifixión, Jesús fue enterrado por José de Arimatea en una tumba.

Los historiadores han establecido este hecho basándose en evidencias como las siguientes:

1. El entierro de Jesús es atestiguado de un modo múltiple, por fuentes tempranas e independientes.

Tenemos 4 biografías de Jesús, de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que han sido reunidas dentro del Nuevo Testamento, junto con varias cartas del apóstol Pablo. El relato del entierro, es parte del material de origen de Marcos, de la historia del sufrimiento y muerte de Jesús. Es esta una fuente muy temprana, probablemente basada en testigos presenciales, que el comentarista Rudolf Pesch fecha en un plazo dentro de los 7 primeros años tras la crucifixión. Más aún, Pablo también cita una fuente extremadamente temprana para el entierro de Jesús, que la mayoría de los académicos datan dentro de los 5 años desde la crucifixión. Testimonio independiente del entierro de Jesús por Jose, se encuentra también en las fuentes tras Mateo, Lucas, y el evangelio de Juan, por no mencionar el evangelio extra bíblico de Pedro.

Así pues, tenemos un número notable de al menos 5 fuentes independientes sobre el entierro de Jesús, algunas de las cuales son extremadamente tempranas.

2. Como miembro del sanedrín Judío que condenó a Jesús, es poco probable que José de Arimatea sea una invención cristiana.

Existía una hostilidad comprensible en la iglesia temprana hacia los líderes judíos. A los ojos de los cristianos, ellos habían diseñado un asesinato judicial de Jesús. Así pues, y de acuerdo al erudito del nuevo Testamento Raymond Brown, el enterramiento de Jesús por José es “muy probable” dado que roza lo inexplicable el que los cristianos inventaran una historia sobre un sanedrín judío que hace algo correcto por Jesús.

Por estas y otras razones, la mayoría de los críticos del Nuevo Testamento concurren en la idea de que Jesús fue enterrado en una tumba por Jose de Arimatea. De acuerdo con el ya fallecido John A. T. Robinson de la Universidad de Cambridge, el enterramiento de Jesús en una tumba “es uno de los hechos más tempranos y mejor atestiguados sobre Jesús”

Hecho nº 2. El domingo posterior a la crucifixión, la tumba fue encontrada vacía por un grupo de mujeres seguidoras de Jesús.

De entre las razones que han llevado a la mayoría de los académicos a esta conclusión están las siguientes:

1. El hecho de la tumba vacía está atestiguada por fuentes tempranas e independientes.

La fuente del evangelio de Marcos, no acaba con el enterramiento, sino con la historia de la tumba vacía, que aparece atada con la historia del entierro verbalmente y gramáticamente. Más aún, Mateo y Juan, tienen fuentes independientes sobre la tumba vacía. También se menciona en el sermón en los hechos de los apóstoles (2.29; 13.36); y es implicado por Pablo en su primera carta a los Corintios (I Cor. 15.4). Así pues, tenemos una vez más múltiples atestiguaciones, tempranas e independientes del hecho de la tumba vacía.

2. La tumba fue descubierta vacía por mujeres.

En la sociedad patriarcal judía, el testimonio de mujeres no era muy considerado. De hecho, el historiador Judío Josephus, afirma que ni siquiera se permitía a las mujeres servir de testigo en un juicio. Ahora bien, a la luz de estos hechos, es extremadamente notable que fueran mujeres las que descubrieran la tumba vacía de Jesús. Cualquier relato legendario posterior, sin duda hubiera hecho que algún discípulo varón como Pedro o Juan, hubieran sido los descubridores de la tumba vacía. El hecho de que fueran mujeres y no hombres los descubridores de la tumba vacía, encuentra su mejor explicación en que, en efecto, fueran ellas las principales testigos de este hecho, y los escritores del evangelio recogieron con fidelidad lo que para ellos, era un hecho extraño e incluso embarazoso.

Podría seguir, pero creo que ya se ha dicho bastante para indicar por qué, en palabras de Jacob Kremer, un especialista austriaco en el tema de la resurrección “Con diferencia, la mayoría de los exegetas (interpretes de la palabra escrita) se adhieren a la fiabilidad de las declaraciones bíblicas sobre la tumba vacía”

Hecho nº 3. En diferentes ocasiones, y bajo varias circunstancias, diferentes individuos y grupos de personas tuvieron la experiencia de apariciones de Jesús vivo de entre los muertos.

Es este un hecho virtualmente universalmente reconocido por los académicos por las siguientes razones:

1. La lista de pablo de los testigos oculares de las apariciones de la resurrección de Jesús, garantiza que tales apariciones ocurrieron.

Pablo, nos dice que Jesús se apareció a su principal discípulo, Pedro, después, al grupo de discípulos conocido como “los doce”, luego se apareció a un grupo de 500 discípulos al mismo tiempo, luego, a James, que hasta el momento no había sido un creyente, y a todos los apóstoles. Finalmente, añade Pablo, también se me apareció a mí, en el momento en que Pablo era aun un perseguidor del movimiento temprano de Jesús, (I Cor. 15.5-8). Dado lo temprano de la fecha de la información de Pablo, así como su conocimiento personal con las personas involucradas en los hechos, estas apariciones no pueden ser desechadas como simples leyendas.

2. Los relatos de las apariciones en los evangelios, proporcionan atestiguaciones múltiples e independientes sobre las apariciones.

Por ejemplo, la aparición a Pedro está atestiguada por Lucas y Pablo, la aparición a “los doce”, está atestiguada por Lucas, Juan y Pablo, y la aparición a las mujeres, está atestiguada por Mateo y Juan. Los relatos de las apariciones muestran tal amplitud de fuentes independientes, que no puede ser razonablemente negado que los primeros discípulos tuvieron tales experiencias. Así pues, incluso el escéptico critico alemán Gerd Lüdemann concluye “puede ser considerado como históricamente cierto que Pedro y los discípulos tuvieron experiencias tras la muerte de Jesús, en las que Jesús se les apareció como el Cristo resucitado”.

Finalmente, hecho nº 4. Los discípulo originales, de pronto, y sinceramente, llegaron a creer que Jesús había resucitado de entre los muertos, a pesar de contar con todas las predisposiciones para creer lo contrario.

Piensa en la situación con la que se enfrentaron los discípulos después de la crucifixión.

1. Su líder había muerto.Las expectativas de un Mesías judío nada tenían que ver con un Mesías que, en lugar de triunfar sobre los enemigos de Israel, sería vergonzosamente ejecutado por ellos como un criminal.

2 Las creencias judías a cerca de la otra vida, impedían a alguien resucitar de entre los muertos hacia la gloria y la inmortalidad antes de la llamada resurrección general de los muertos que tendría lugar en el fin del mundo.

Sin embargo, los discípulos originales, llegaron a creer de pronto y con tanta fuerza que Dios había resucitado a Jesús de entre los muertos, que estaban dispuestos a morir por la verdad de esa creencia. Pero entonces, una pregunta obvia surge: ¿Qué pudo hacerles creer en algo tan anti-judío y tan extravagante? Luke Johnson, un académico del Nuevo Testamento en la Universidad de Emory, dice “Alguna especie de experiencia poderosa y transformadora fue requerida para generar el tipo de movimiento que fue el temprano cristianismo.” Y N. T. Wright, un eminente académico Británico concluye: “ y es por ello, como historiador, no puedo explicar el origen del cristianismo temprano a menos que Jesús hubiera resucitado, y dejado una tumba vacía tras de sí”.

En resumen. Hay 4 hechos en los que están de acuerdo la mayoría de los académicos: El entierro de Jesús, el descubrimiento de la tumba vacía, sus apariciones post-mortem y el origen de la creencia de los discípulos en la resurrección.

Ahora bien, en sus primeros trabajos publicados Dr. Ehrman expresó escepticismo acerca de estos hechos. El insiste en que no podemos realmente afirmar estos hechos. ¿Por qué no? Bien, el dio dos razones:

Primero, dijo, los historiadores no pueden decir que un milagro probablemente ocurrió. Pero aquí, estaba confundiendo obviamente, la evidencia de la resurrección con la mejor explicación para esa evidencia. La resurrección de Jesús es una explicación milagrosa de la evidencia, pero la evidencia en sí misma, no es milagrosa. Ninguno de estos cuatro hechos es en ninguna manera sobrenatural o inaccesible a los historiadores. Para dar una analogía: ¿Sabías que después de que Abraham Lincoln fuera asesinado, existió un complot para robar su cuerpo cuando era trasportado por tren de vuelta a Illinois?. Ahora, el historiador obviamente querrá saber si este plan fue o no frustrado. ¿Iba el cuerpo de Lincoln en el tren?¿Fue enterrado con éxito en la tumba de Springfield? ¿Declararon sus colaboradores más cercanos como el Secretario de guerra Stanton o el Vicepresidente Johnson, haber visto apariciones de Lincoln vivo después de su muerte, etc....? Estas son preguntas que cualquier historiador puede investigar. Y lo mismo ocurre con los 4 hechos sobre Jesus.

Pero el profesor tenía una segunda razón por la que pensaba que los historiadores no pueden afirmar estos hechos: Los relatos históricos de estos eventos son irremediablemente contradictorios. Pero el problema con esta línea de argumentación es que asume 3 cosas. Una, que las inconsistencias son irresolubles y no solo aparentes. Dos, que las inconsistencias se encuentran en el corazón de la narrativa más que sólo en los detalles secundarios, periféricos; y tres, que todos los relatos, tienen el mismo derecho a la fiabilidad histórica, ya que la presencia de inconsistencias en un fuente posterior y menos fiable, para nada socava la credibilidad de una fuente anterior más creíble. De hecho, cuando miras a estas supuestas inconsistencias, encuentras que la mayoría de ellas, como los nombres y el número de mujeres que visitaron la tumba, son meramente aparentes y no reales. Más aún, las aludidas inconsistencias se encuentran en los detalles secundarios y circunstanciales de la historia y no tienen efecto alguno sobre los cuatro hechos que he mencionado.

Así, que la mayoría de los historiadores no han sido disuadidos por este tipo de objeciones. Y de hecho, el mismo Dr Ehrman ha llegado a replantearse su posición sobre estas cuestiones. A pesar de inconsistencias en los detalles, el reconoce que tenemos una solida tradición, no solo a favor del entierro de Jesús, sino del descubrimiento de las mujeres de la tumba vacía, y por ello, el dice, podemos concluir con cierta certeza, que Jesús fue en efecto enterrado por Jose de Arimatea en una tumba, y que 3 días después, la tumba fue encontrada vacía.

Cuando descubrí que el profesor Ehrman se había retractado en esta cuestión, mi admiración por su honestidad y objetividad académica creció. Muy pocos académicos, una vez han imprimido sus teorías sobre un tema, tienen el coraje de re-meditar el tema y reconocer que estaban en un error. El cambio de opinión del Dr. Ehrman sobre estas cuestiones es testimonio, no solo de la fuerza de la evidencia de estos cuatro hechos, sino también de su determinación de seguir la evidencia allí donde le lleve.

Lo que esto significa, es que mi primer argumento no es objeto de desacuerdo en el debate de esta noche. Todo el debate por tanto, girará en torno a la respuesta del Dr. Ehrman a mi segundo argumento, a saber,

La mejor explicación de estos hechos, es que Jesús resucito de entre los muertos.

Esta, desde luego, fue la explicación que dieron los testigos oculares, y yo no puedo pensar en otra explicación mejor. La hipótesis de la resurrección supera todos los criterios estándar para ser considerada la mejor explicación, tales como “poder explicativo””alcance explicativo””verosimilitud”, y así sucesivamente. Por supuesto, a través de la historia se han propuesto varias explicaciones naturalistas alternativas sobre la resurrección, como la Hipótesis de la conspiración, la hipótesis de la muerte aparente, la hipótesis de la alucinación etc…En opinión de los académicos contemporáneos sin embargo, ninguna de estas hipótesis naturalistas ha conseguido ofrecer una explicación plausible de los hechos. Tampoco el Dr. Ehrman apoya ninguna de estas explicaciones naturalistas de los hechos.

Así que, ¿por qué, podemos preguntarnos, no acepta el Dr Ehrman la resurrección como la mejor explicación? La respuesta es simple. La resurrección es un milagro y el Dr. Ehrman niega la posibilidad de establecer un milagro. El escribe: “ Porque los historiadores pueden solo establecer aquello que probablemente ocurrió, y un milagro de esta naturaleza es altamente improbable, los historiadores no pueden decir que probablemente ocurrió” . Este argumento en contra de la identificación de un milagro, es ya antiguo, ya refutado en el siglo XVIII por eminentes académicos como William Paley y George Campbell, y es también rechazada como falaz por la mayoría de filósofos contemporáneos. Ahora bien, he prometido decir más sobre este asunto más tarde, pero por ahora, permítanme simplemente decir que, en ausencia de alguna explicación naturalista de los hechos, la reticencia del Dr. Ehrman para abrazar la resurrección de Jesús como la mejor explicación, es realmente innecesaria. El Dr. Ehrman estaría en su derecho racional de abrazar una explicación milagrosa como la resurrección, y nosotros, también.

En conclusión pues, creo que hay buena evidencia histórica a favor de la resurrección de Jesús. En concreto, he presentado dos argumentos básicos para discutir esta noche.

1. Hay 4 hechos históricos que deben ser explicados por alguna hipótesis histórica adecuada: El entierro de Jesús, el descubrimiento de la tumba vacía, sus apariciones post-mortem y el propio origen de la creencia de los discípulos en la resurrección, y

2. La mejor explicación de estos hechos, es que Jesús resucito de entre los muertos.

Un debate entre William Lane Craig y Bart D. Ehrman. Massachusetts, año 2006.
Web del Dr. Craig: http://www.reasonablefaith.org.

Transcripciones es español: http://lastresllavesdepablo.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Me parece raro que de todos los temas que el Dr. Craig trata, el de la resurreción sea el menos comentato por los ciberateos. Comentan el moral, el cosmológico; pero el histórico simplemente no.
    Sobre el debate, creo, la parte central es cuando Craig le pregunta al Dr. Ehrman que si no hay forma, en el campo de la historia, de hablar de temas sobrenaturales, ¿ por qué sí puede decir que la resurreción no ocurrió ? No noté respuesta.
    El Dr. Ehrman, aunque diga tratar el tema objetiva e históricamente, trata un tema filosófico al decir que "cualquier propuesta o teoría es más creíble que un milagro, pues por definición un milagro es lo menos improbable." Y creo que en ese punto Ehrman se confunde al primero decir que el historiador no puede decir nada sobre lo sobrenatural, y luego, irónicamente, dice que lo sobrenatural no puede ser.

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