26 sept 2010

Debate sobre la historicidad de la resurrección de Jesús. Recorte I.

 

Is There Historical Evidence for the Resurrection of Jesus?
A Debate between William Lane Craig and Bart D. Ehrman

¿Hay evidencia histórica a favor de la resurrección de Jesús?

Un debate entre William Lane Craig y Bart D. Ehrman

 

 

Ehrman: Qué tipo de evidencias buscan los académicos cuando tratan de establecer probabilidades de hechos en el pasado? Bien, el mejor tipo de evidencia, desde luego, consiste en relatos contemporáneos, de aquellas personas que estaban cercanas al tiempo de los hechos. En última instancia, si no dispones de una fuente que se remonte a la época en cuestión, entonces no tienes una fuente fiable. Hay solo dos tipos de fuentes de información sobre sucesos del pasado: O bien son historias que ocurrieron basadas en relatos de testigos presenciales, o bien son historias inventadas. Esos son los únicos dos tipos de historias que tenemos de épocas pasadas, o cosas que ocurrieron o que fueron inventadas. Para determinar que hechos ocurrieron, quieres relatos contemporáneos, cosas cercanas al tiempo de los hechos mismos, y ayuda tener muchos relatos, mientras más, mejor. Querrías muchos relatos contemporáneos, y querrías esos relatos independientes unos de otros. No querrías relatos diferentes que hubieran colaborado unos con otros, quieres relatos que sean atestiguados de modo independiente. Más aún, aunque quieras relatos que sean independientes unos de otros, que no hayan sido colaboraciones mutuas, quieres relatos que se corroboren unos a otros, relatos que sean consistentes en lo que manifiesten sobre un tema. Es más, finalmente, querrías fuentes no sesgadas sobre el tema, querrías relatos desinteresados. Y quieres muchos de ellos, independientes unos de otros, y aun así, consistentes unos con otros. . ¿Qué tenemos con los evangelios del Nuevo Testamento? Bien, desafortunadamente no estamos tan bien como nos gustaría…

WLC: El dice que hay una especie de “lista deseable” de puntos que serian importantes para considerar las fuentes históricas y que los evangelios no son tan buenas fuentes como nos gustaría. Déjenme solo decir que esta “lista deseable” es tan idealista, que prácticamente resulta irrelevante en el trabajo práctico de un historiador. El único propósito al que sirve, es al psicológico de poner el listón tan irrealistamente alto que los evangelios resultan limitados al compararlo. Sin embargo y de hecho, ninguna fuente referida a historia antigua puede medirse con esta “lista deseable”, y los documentos del Nuevo Testamento, creo que cumplen 4 de los 6 puntos de su lista sin problemas, y los otros dos puntos, parcialmente. Así que, la pregunta no es, ¿Son tan buenos los evangelios como nos gustaría?, sino, ¿son lo suficientemente buenos como para establecer esos 4 hechos? Y ciertamente, o son.

Ehrman: En primer lugar, Bill hace un uso dudoso de las autoridades modernas. El cita constantemente a los académicos modernos como si de alguna manera, ello constituyera evidencia sobre su punto de vista. Como Bill sabe muy bien, el hecho de que la mayoría de los académicos del Nuevo Testamento estén de acuerdo en estos 4 puntos, no es prueba de que sea correcto. De entrada, la mayoría de los académicos del Nuevo Testamento son creyentes en el Nuevo Testamento, es decir, que están teológicamente comprometidos con el texto, así que, claro que están de acuerdo en estos puntos. Debería hacer notar, que la mayoría de los historiadores no están de acuerdo con las conclusiones de Bill. ¿Eso convierte en erróneas sus conclusiones? No, simplemente significa que sus conclusiones no persuaden a la mayoría de los historiadores. Habiendo dicho esto, estoy sorprendido por la algunas de las así llamadas “autoridades” que Bill cita, pues lo cierto es que la mayoría de los académicos críticos que estudian al Jesús histórico hoy, no están de acuerdo con sus conclusiones de que un historiador pueda demostrar que el cuerpo de Jesús emergió físicamente de la tumba. Bill puede encontrar el hecho sorprendente, pero ello sería debido al contexto en el que él trabaja, un seminario evangélico conservador. En ese entorno, lo que él propone es lo que todos creen, y es llamativo que incluso algunas de las autoridades de su propio entorno, no están de acuerdo. El cita un número de académicos que considero amigos y conocidos, y puedo deciros que no están de acuerdo con su punto de vista. ¿Le convierte eso es alguien equivocado?, No, simplemente significa que su impresionante recuento de opiniones expertas es sesgada, desequilibrada y falla en representar la realidad, que es que Bill representa la opinión de la minoría

WLC: En ese último discurso creo que hemos escuchado una gran cantidad de bravatas, pero había, pienso, una marcada ausencia de sustancia. Déjenme volver primero a mi primera afirmación sobre los 4 hechos: El entierro, la tumba vacía, las apariciones y el origen de la fe cristiana.

Ahora , el Dr. Ehrman dice que hago un uso dudoso de las autoridades modernas. Estoy de acuerdo en que citar autoridades modernas no prueba nada por sí mismo. Es por ello por lo que di argumentos bajo cada uno de los puntos. El tiene que hacer frente a mis argumentos. El dice que yo represento a una minoría. No en lo tocante a esos 4 hechos!! Ya dije que era discutible si la resurrección era o no la mejor explicación para estos hechos, pero puedo ofrecer los nombres, la evidencia, de personas que se adhieren a la veracidad de esos 4 hechos. Ello representa el pensamiento central de los académicos del Nuevo Testamento. Y en la medida, en la que el Dr. Ehrman ahora elige negar el entierro, la tumba vacía, las apariciones… el está con la minoría entonces de académicos del Nuevo Testamento en lo relativo a estos hechos.

Ehrman: Segundo, Bill hace un uso dudoso de las fuentes antiguas. Bill cita al apóstol Pablo, solo para elegir un ejemplo que indique que ya quedó constatado que 5 años después de la muerte de Jesús, el entierro por parte de José de Arimatea. Pablo no escribió 5 años después del entierro, el escribió 25 años después, y nunca menciona a José de Arimatea. José de Arimatea no se menciona hasta que llegas al evangelio de Marcos, 35-40 años después de los hechos. Cuando Pablo indica que Jesús fue enterrado, puede que quiera decir que fue enterrado en una fosa común, lo cual es lo que frecuentemente sucedía con los criminales crucificados. Paul dijo, “lo enterraron”, y puede que simplemente se tratara a que fue arrojado a una fosa común. Debería señalar, que en algunos de los escritos de Bill, el cita muchos de mis escritos, tomándolos fuera de contexto, como mostraré en unos minutos, porque en lo que está diciendo de que he cambiado mi opinión, no estoy de acuerdo. Pero en sus propios escritos, el indica que Marcos tiene una narración dispersa de Jesús siendo enterrado, y dado que un relato sin adornos, como el lo llama, tiene mas posibilidades de ser histórica, quiero saber si aun piensa que una tradición poco adornada tiene mas posibilidades de ser histórica. Porque, de ser así, quiero que nos diga si cree que la tradición de San Mateo, con muchos más adornos es no histórica.

WLC: Segundo, el dice que hago un uso dudoso de fuentes antiguas, Por ejemplo, dice que Pablo fue 25 años más tarde, y no tan pronto como yo he afirmado. Pero seguramente el Dr. Ehrman sabe que Pablo, en su carta a los Corintios cita una tradición ancestral cristiana, que el mismo recibió, y que se remonta a 5 años después de la crucifixión. De hecho, D. G. Dunn lo data tan atrás como dentro de los 18 meses tras la muerte de Jesús, así, que nos estamos apoyando aquí en esas tradiciones pre-paulinas y no en la fecha de la carta de Pablo.

También dijo que tal vez Pablo, estaba hablando sobre un enterramiento común. No cuando miras a esa fórmula de 4 líneas en 1 Corintios:15! Es como un guión de los hechos de la muerte de Jesús, el entierro por José de Arimatea, la tumba vacía, y luego las narraciones de las apariciones. Comparado con los hechos de los apóstoles por un lado, y los evangelios por otro, este sumario en 1 Corintios 15, es como un guion, que incluye en la segunda línea, el entierro de José de Arimatea en una tumba.

El Dr. Ehrman también dice: “Es cierto que narrativas poco adornadas, tienen mas probabilidad de ser históricas. Yo le diría que sí, Esto es lo que su propia lista incluida, que mientras mas temprana la fuente, mejor. De un modo similar, mientras menos adornada, mejor su afirmación de una credibilidad histórica.

19 sept 2010

¿Hay evidencia histórica a favor de la Resurrección de Jesús?

 

Un debate entre William Lane Craig y Bart D. Ehrman

Massachusetts 2006

 

  

 

Universidad de Massachusetts, año 2006

DR. CRAIG: Buenas tardes! Quiero decir lo agradecido que estoy por la invitación para participar en el debate de esta noche. Realmente, estaba deseando discutir estos temas con el Dr. Ehrman esta tarde.

Al prepararme para este debate me encontré con una gran sorpresa. Me sorprendió descubrir cuanto se parecen las historias de nuestras vidas. Como jóvenes adolescentes ligeramente marginados y con cierto contacto con el cristianismo en el pasado, las vidas de ambos dieron un giro cuando, a la edad de 15 o 16 años, ambos tuvimos la experiencia de un renacimiento espiritual a través de una fe personal en Cristo. Deseosos de servirle, ambos asistimos a la misma universidad en Illinois, Wheaton College, donde incluso tuvimos el mismo profesor de griego. Después de graduarnos, ambos continuamos nuestros estudios del doctorado.

A partir de ahí, nuestros caminos divergieron de un modo radical. Yo recibí una beca (ayuda de estudio) del gobierno alemán para estudiar la resurrección de Jesús bajo la dirección de Wolfhart Pannenberg y Ferdinand Hahn, en las universidades de Munich y Cambridge. Como resultado de mis estudios, llegué a estar incluso más convencido aún de la credibilidad histórica de tal suceso. Desde luego que, desde mi conversión, creía en la resurrección de Jesús basándome en mi experiencia personal, y aún pienso, que este tipo de aproximación a la resurrección a través de la experiencia es un camino perfectamente válido para conocer que Cristo ha resucitado. Es la forma en que la mayoría de los cristianos hoy saben que Jesús ha resucitado y vive. Pero, a resultas de mis estudios, llegué a ver que un caso marcadamente bueno puede hacerse a favor de la resurrección de Jesús también históricamente, y espero mostrar esta noche que la resurrección de Jesús es la mejor explicación para ciertos hechos bien establecidos sobre Jesús.

Tristemente, el Dr. Ehrman, llego a conclusiones radicalmente diferentes como resultado de sus estudios. En su más reciente libro, describe de un modo conmovedor cómo llegó a perder su fe de adolescente. No estoy seguro, según los escritos del Dr. Ehrman, si aún cree en la resurrección o no. Nunca lo niega, aunque niega que pueda haber evidencia histórica para la resurrección de Cristo. El mantiene, que no puede haber evidencia histórica para la resurrección de Jesús. Ahora bien, esta es una afirmación muy atrevida, por lo que naturalmente, estuve interesado en ver los argumentos que ofrecería para su justificación. Me sorprendió descubrir, que el argumento filosófico utilizado para esta afirmación, es un viejo argumento en contra de la identificación de los milagros que había estudiado durante mi investigación del doctorado, y que es considerado por la mayoría de los filósofos hoy en día, como demostrablemente falaz.

Pero, a fin de no dejar al Dr. Ehrman sin sus “truenos”, esperaré a que presente sus argumentos antes de mostrar donde reside la falacia.

Por ahora, quiero esbozar brevemente, cómo podría mostrarse un caso histórico a favor de la resurrección de Jesús. Al presentar un caso para la resurrección de Jesús, es importante distinguir entre la evidencia, y la mejor explicación de esa evidencia. Esta distinción es importante, porque en este caso, la evidencia es poco controvertida. Tal como veremos, la mayoría de los académicos están de acuerdo con ella. Por otro lado, la explicación de esa evidencia es controvertida. Que la resurrección se la mejor explicación, es un tema controvertido. Ahora bien, aunque Dr. Ehrman dice que no puede haber evidencia histórica a favor de la resurrección, veremos que, lo que realmente quiere decir, es que la resurrección no puede ser la mejor explicación de esa evidencia, y no que no exista evidencia alguna.

Y eso me lleva entonces, al primer punto importante que sostengo, a saber:

I.Hay 4 hechos históricos que han de ser explicados por alguna hipótesis histórica adecuada:

El entierro de Jesús

El descubrimiento de su tumba vacía.

Sus apariciones post-mortem

El origen de la creencia de los discípulos en la resurrección.

Ahora, veamos ese primer punto en mayor profundidad. Voy a mostraros 4 hechos que son ampliamente aceptados por los historiadores.

Hecho nº 1. Tras su crucifixión, Jesús fue enterrado por José de Arimatea en una tumba.

Los historiadores han establecido este hecho basándose en evidencias como las siguientes:

1. El entierro de Jesús es atestiguado de un modo múltiple, por fuentes tempranas e independientes.

Tenemos 4 biografías de Jesús, de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que han sido reunidas dentro del Nuevo Testamento, junto con varias cartas del apóstol Pablo. El relato del entierro, es parte del material de origen de Marcos, de la historia del sufrimiento y muerte de Jesús. Es esta una fuente muy temprana, probablemente basada en testigos presenciales, que el comentarista Rudolf Pesch fecha en un plazo dentro de los 7 primeros años tras la crucifixión. Más aún, Pablo también cita una fuente extremadamente temprana para el entierro de Jesús, que la mayoría de los académicos datan dentro de los 5 años desde la crucifixión. Testimonio independiente del entierro de Jesús por Jose, se encuentra también en las fuentes tras Mateo, Lucas, y el evangelio de Juan, por no mencionar el evangelio extra bíblico de Pedro.

Así pues, tenemos un número notable de al menos 5 fuentes independientes sobre el entierro de Jesús, algunas de las cuales son extremadamente tempranas.

2. Como miembro del sanedrín Judío que condenó a Jesús, es poco probable que José de Arimatea sea una invención cristiana.

Existía una hostilidad comprensible en la iglesia temprana hacia los líderes judíos. A los ojos de los cristianos, ellos habían diseñado un asesinato judicial de Jesús. Así pues, y de acuerdo al erudito del nuevo Testamento Raymond Brown, el enterramiento de Jesús por José es “muy probable” dado que roza lo inexplicable el que los cristianos inventaran una historia sobre un sanedrín judío que hace algo correcto por Jesús.

Por estas y otras razones, la mayoría de los críticos del Nuevo Testamento concurren en la idea de que Jesús fue enterrado en una tumba por Jose de Arimatea. De acuerdo con el ya fallecido John A. T. Robinson de la Universidad de Cambridge, el enterramiento de Jesús en una tumba “es uno de los hechos más tempranos y mejor atestiguados sobre Jesús”

Hecho nº 2. El domingo posterior a la crucifixión, la tumba fue encontrada vacía por un grupo de mujeres seguidoras de Jesús.

De entre las razones que han llevado a la mayoría de los académicos a esta conclusión están las siguientes:

1. El hecho de la tumba vacía está atestiguada por fuentes tempranas e independientes.

La fuente del evangelio de Marcos, no acaba con el enterramiento, sino con la historia de la tumba vacía, que aparece atada con la historia del entierro verbalmente y gramáticamente. Más aún, Mateo y Juan, tienen fuentes independientes sobre la tumba vacía. También se menciona en el sermón en los hechos de los apóstoles (2.29; 13.36); y es implicado por Pablo en su primera carta a los Corintios (I Cor. 15.4). Así pues, tenemos una vez más múltiples atestiguaciones, tempranas e independientes del hecho de la tumba vacía.

2. La tumba fue descubierta vacía por mujeres.

En la sociedad patriarcal judía, el testimonio de mujeres no era muy considerado. De hecho, el historiador Judío Josephus, afirma que ni siquiera se permitía a las mujeres servir de testigo en un juicio. Ahora bien, a la luz de estos hechos, es extremadamente notable que fueran mujeres las que descubrieran la tumba vacía de Jesús. Cualquier relato legendario posterior, sin duda hubiera hecho que algún discípulo varón como Pedro o Juan, hubieran sido los descubridores de la tumba vacía. El hecho de que fueran mujeres y no hombres los descubridores de la tumba vacía, encuentra su mejor explicación en que, en efecto, fueran ellas las principales testigos de este hecho, y los escritores del evangelio recogieron con fidelidad lo que para ellos, era un hecho extraño e incluso embarazoso.

Podría seguir, pero creo que ya se ha dicho bastante para indicar por qué, en palabras de Jacob Kremer, un especialista austriaco en el tema de la resurrección “Con diferencia, la mayoría de los exegetas (interpretes de la palabra escrita) se adhieren a la fiabilidad de las declaraciones bíblicas sobre la tumba vacía”

Hecho nº 3. En diferentes ocasiones, y bajo varias circunstancias, diferentes individuos y grupos de personas tuvieron la experiencia de apariciones de Jesús vivo de entre los muertos.

Es este un hecho virtualmente universalmente reconocido por los académicos por las siguientes razones:

1. La lista de pablo de los testigos oculares de las apariciones de la resurrección de Jesús, garantiza que tales apariciones ocurrieron.

Pablo, nos dice que Jesús se apareció a su principal discípulo, Pedro, después, al grupo de discípulos conocido como “los doce”, luego se apareció a un grupo de 500 discípulos al mismo tiempo, luego, a James, que hasta el momento no había sido un creyente, y a todos los apóstoles. Finalmente, añade Pablo, también se me apareció a mí, en el momento en que Pablo era aun un perseguidor del movimiento temprano de Jesús, (I Cor. 15.5-8). Dado lo temprano de la fecha de la información de Pablo, así como su conocimiento personal con las personas involucradas en los hechos, estas apariciones no pueden ser desechadas como simples leyendas.

2. Los relatos de las apariciones en los evangelios, proporcionan atestiguaciones múltiples e independientes sobre las apariciones.

Por ejemplo, la aparición a Pedro está atestiguada por Lucas y Pablo, la aparición a “los doce”, está atestiguada por Lucas, Juan y Pablo, y la aparición a las mujeres, está atestiguada por Mateo y Juan. Los relatos de las apariciones muestran tal amplitud de fuentes independientes, que no puede ser razonablemente negado que los primeros discípulos tuvieron tales experiencias. Así pues, incluso el escéptico critico alemán Gerd Lüdemann concluye “puede ser considerado como históricamente cierto que Pedro y los discípulos tuvieron experiencias tras la muerte de Jesús, en las que Jesús se les apareció como el Cristo resucitado”.

Finalmente, hecho nº 4. Los discípulo originales, de pronto, y sinceramente, llegaron a creer que Jesús había resucitado de entre los muertos, a pesar de contar con todas las predisposiciones para creer lo contrario.

Piensa en la situación con la que se enfrentaron los discípulos después de la crucifixión.

1. Su líder había muerto.Las expectativas de un Mesías judío nada tenían que ver con un Mesías que, en lugar de triunfar sobre los enemigos de Israel, sería vergonzosamente ejecutado por ellos como un criminal.

2 Las creencias judías a cerca de la otra vida, impedían a alguien resucitar de entre los muertos hacia la gloria y la inmortalidad antes de la llamada resurrección general de los muertos que tendría lugar en el fin del mundo.

Sin embargo, los discípulos originales, llegaron a creer de pronto y con tanta fuerza que Dios había resucitado a Jesús de entre los muertos, que estaban dispuestos a morir por la verdad de esa creencia. Pero entonces, una pregunta obvia surge: ¿Qué pudo hacerles creer en algo tan anti-judío y tan extravagante? Luke Johnson, un académico del Nuevo Testamento en la Universidad de Emory, dice “Alguna especie de experiencia poderosa y transformadora fue requerida para generar el tipo de movimiento que fue el temprano cristianismo.” Y N. T. Wright, un eminente académico Británico concluye: “ y es por ello, como historiador, no puedo explicar el origen del cristianismo temprano a menos que Jesús hubiera resucitado, y dejado una tumba vacía tras de sí”.

En resumen. Hay 4 hechos en los que están de acuerdo la mayoría de los académicos: El entierro de Jesús, el descubrimiento de la tumba vacía, sus apariciones post-mortem y el origen de la creencia de los discípulos en la resurrección.

Ahora bien, en sus primeros trabajos publicados Dr. Ehrman expresó escepticismo acerca de estos hechos. El insiste en que no podemos realmente afirmar estos hechos. ¿Por qué no? Bien, el dio dos razones:

Primero, dijo, los historiadores no pueden decir que un milagro probablemente ocurrió. Pero aquí, estaba confundiendo obviamente, la evidencia de la resurrección con la mejor explicación para esa evidencia. La resurrección de Jesús es una explicación milagrosa de la evidencia, pero la evidencia en sí misma, no es milagrosa. Ninguno de estos cuatro hechos es en ninguna manera sobrenatural o inaccesible a los historiadores. Para dar una analogía: ¿Sabías que después de que Abraham Lincoln fuera asesinado, existió un complot para robar su cuerpo cuando era trasportado por tren de vuelta a Illinois?. Ahora, el historiador obviamente querrá saber si este plan fue o no frustrado. ¿Iba el cuerpo de Lincoln en el tren?¿Fue enterrado con éxito en la tumba de Springfield? ¿Declararon sus colaboradores más cercanos como el Secretario de guerra Stanton o el Vicepresidente Johnson, haber visto apariciones de Lincoln vivo después de su muerte, etc....? Estas son preguntas que cualquier historiador puede investigar. Y lo mismo ocurre con los 4 hechos sobre Jesus.

Pero el profesor tenía una segunda razón por la que pensaba que los historiadores no pueden afirmar estos hechos: Los relatos históricos de estos eventos son irremediablemente contradictorios. Pero el problema con esta línea de argumentación es que asume 3 cosas. Una, que las inconsistencias son irresolubles y no solo aparentes. Dos, que las inconsistencias se encuentran en el corazón de la narrativa más que sólo en los detalles secundarios, periféricos; y tres, que todos los relatos, tienen el mismo derecho a la fiabilidad histórica, ya que la presencia de inconsistencias en un fuente posterior y menos fiable, para nada socava la credibilidad de una fuente anterior más creíble. De hecho, cuando miras a estas supuestas inconsistencias, encuentras que la mayoría de ellas, como los nombres y el número de mujeres que visitaron la tumba, son meramente aparentes y no reales. Más aún, las aludidas inconsistencias se encuentran en los detalles secundarios y circunstanciales de la historia y no tienen efecto alguno sobre los cuatro hechos que he mencionado.

Así, que la mayoría de los historiadores no han sido disuadidos por este tipo de objeciones. Y de hecho, el mismo Dr Ehrman ha llegado a replantearse su posición sobre estas cuestiones. A pesar de inconsistencias en los detalles, el reconoce que tenemos una solida tradición, no solo a favor del entierro de Jesús, sino del descubrimiento de las mujeres de la tumba vacía, y por ello, el dice, podemos concluir con cierta certeza, que Jesús fue en efecto enterrado por Jose de Arimatea en una tumba, y que 3 días después, la tumba fue encontrada vacía.

Cuando descubrí que el profesor Ehrman se había retractado en esta cuestión, mi admiración por su honestidad y objetividad académica creció. Muy pocos académicos, una vez han imprimido sus teorías sobre un tema, tienen el coraje de re-meditar el tema y reconocer que estaban en un error. El cambio de opinión del Dr. Ehrman sobre estas cuestiones es testimonio, no solo de la fuerza de la evidencia de estos cuatro hechos, sino también de su determinación de seguir la evidencia allí donde le lleve.

Lo que esto significa, es que mi primer argumento no es objeto de desacuerdo en el debate de esta noche. Todo el debate por tanto, girará en torno a la respuesta del Dr. Ehrman a mi segundo argumento, a saber,

La mejor explicación de estos hechos, es que Jesús resucito de entre los muertos.

Esta, desde luego, fue la explicación que dieron los testigos oculares, y yo no puedo pensar en otra explicación mejor. La hipótesis de la resurrección supera todos los criterios estándar para ser considerada la mejor explicación, tales como “poder explicativo””alcance explicativo””verosimilitud”, y así sucesivamente. Por supuesto, a través de la historia se han propuesto varias explicaciones naturalistas alternativas sobre la resurrección, como la Hipótesis de la conspiración, la hipótesis de la muerte aparente, la hipótesis de la alucinación etc…En opinión de los académicos contemporáneos sin embargo, ninguna de estas hipótesis naturalistas ha conseguido ofrecer una explicación plausible de los hechos. Tampoco el Dr. Ehrman apoya ninguna de estas explicaciones naturalistas de los hechos.

Así que, ¿por qué, podemos preguntarnos, no acepta el Dr Ehrman la resurrección como la mejor explicación? La respuesta es simple. La resurrección es un milagro y el Dr. Ehrman niega la posibilidad de establecer un milagro. El escribe: “ Porque los historiadores pueden solo establecer aquello que probablemente ocurrió, y un milagro de esta naturaleza es altamente improbable, los historiadores no pueden decir que probablemente ocurrió” . Este argumento en contra de la identificación de un milagro, es ya antiguo, ya refutado en el siglo XVIII por eminentes académicos como William Paley y George Campbell, y es también rechazada como falaz por la mayoría de filósofos contemporáneos. Ahora bien, he prometido decir más sobre este asunto más tarde, pero por ahora, permítanme simplemente decir que, en ausencia de alguna explicación naturalista de los hechos, la reticencia del Dr. Ehrman para abrazar la resurrección de Jesús como la mejor explicación, es realmente innecesaria. El Dr. Ehrman estaría en su derecho racional de abrazar una explicación milagrosa como la resurrección, y nosotros, también.

En conclusión pues, creo que hay buena evidencia histórica a favor de la resurrección de Jesús. En concreto, he presentado dos argumentos básicos para discutir esta noche.

1. Hay 4 hechos históricos que deben ser explicados por alguna hipótesis histórica adecuada: El entierro de Jesús, el descubrimiento de la tumba vacía, sus apariciones post-mortem y el propio origen de la creencia de los discípulos en la resurrección, y

2. La mejor explicación de estos hechos, es que Jesús resucito de entre los muertos.

Un debate entre William Lane Craig y Bart D. Ehrman. Massachusetts, año 2006.
Web del Dr. Craig: http://www.reasonablefaith.org.

Transcripciones es español: http://lastresllavesdepablo.blogspot.com/

4 sept 2010

No tan rápido, Mr. Hawking…

 

Articulo original aquí

Dos físicos católicos descartaron que el nuevo libro de Stephen Hawking, "The Grand Design", pueda descartar la existencia de Dios como creador del universo, a pesar de que el autor haya lanzado la audaz afirmación de que el universo "se creó de la nada".

El académico jesuita Robert Spitzer explicó que las afirmaciones de Hawking contra la existencia de Dios y en favor de la física reflejan confusiones fundamentales sobre el concepto cristiano de Dios como creador de todo lo que existe, lo que incluye el universo y las leyes de la física que se le aplican.

Según el Padre Spitzer aunque Hawking hable de un universo "creándose a sí mismo de la nada", se presupone que esta "nada" de alguna manera involucra gravedad y otras leyes fundamentales de la física.

Pero los principios como la gravedad no son axiomas irreductibles ni evidentes. Más bien, son las leyes no físicas las que rigen las operaciones ordinarias del mundo físico. No hay comparación entre una creación que se despliega y se desarrolla de acuerdo a las leyes de la materia, y la propuesta de Hawking de "generación espontánea" de la "nada", explica el sacerdote.

Para el experto, Hawking malinterpreta la verdadera relación entre Dios y su creación. "Hawking no ha explicado claramente por qué existe algo en lugar de nada. Sólo ha dicho que algo viene de algo", al describir el desarrollo de un universo que funciona en la base de leyes como la gravedad.

Históricamente, muchos teólogos cristianos, así como filósofos no cristianos, han argumentado precisamente lo contrario del punto de Hawking: las leyes de la física sólo pueden ser atribuidas a un creador infinito, inteligente y no físico.

 

El "dios" de Hawking

El jesuita Guy Consolmagno, astrónomo del Observatorio del Vaticano, explicó a Catholic News Agency que las condiciones previas del universo en despliegue y sus operaciones no pueden ser una forma de "nada", como Hawking considera, sino condiciones creadas por Dios para el ordenamiento del mundo.

"Dios es la razón por la cual el espacio y el tiempo y las leyes de la naturaleza confluyen en las fuerzas de operación de las que habla Stephen Hawking", señaló.

Para Consolmagno, el desprecio de Hawking hacia Dios se basa no sólo en su denominación errónea de las leyes físicas como "nada", sino también en su falta de comprensión de la noción de trascendencia de Dios. Por lo tanto, Hawking realmente ha descartado un tipo de "dios" en el que los cristianos no creen.

"El 'dios' en el que Stephen Hawking no cree, es el mismo en el que yo no creo. Dios no es sólo otra fuerza en el universo, junto con la gravedad o la electricidad. Dios no es una fuerza a ser invocada para llenar los vacíos de nuestro conocimiento", agrega el experto.

Consolmagno recuerda que "Dios es la razón por la cual la existencia misma existe".

Para el Padre Spitzer, Hawking admite este profundo misterio en el mismo momento en que trata de desestimarlo.

"En mi opinión, el Dr. Hawking no ha demostrado aún que esta realidad no sea necesaria. De hecho, lo implica al considerar la existencia de un inicio en su afirmación sobre el universo que proviene de la nada", concluye Spitzer.

Stephen Hawking a la carga.

 

Un articulo de Eduardo Arroyo

Viejos argumentos para una nueva batalla: el caso de Stephen Hawking.

Dios y el origen del Universo vuelven a estar en primera línea del debate científico. Y es que el físico saca nuevo libro en el que él mismo se desmarca de sus tesis anteriores. .

El físico Stephen Hawking sacará a la venta su próximo libro– The grand design (El gran diseño)- el 9 de septiembre, una semana antes de la llegada del Papa al Reino Unido. La tesis del libro no puede ser más provocadora: Dios no es necesario para explicar el origen del Universo. Con esta ideaHawking se desmarca de su tesis de 1988, que decía que la célebre teoría –todavía por formular- capaz de unificar toda las fuerzas físicas equivaldría a conocer "la mente de Dios". Por entonces el físico británico creía plenamente compatibles la investigación científica con la religión. Hoy parece que no es así y el artículo de Hannah Devlin en The Times(2.9.2010), que publica un extracto de la obra, dice que el libro puede ser más perjudicial para la religión por que no tiene el estilo talibán del fanático Richard Dawkins y suThe God Delusion.

Hawking se une así a la moda conocida como "nuevo ateísmo", encarnado fundamentalmente por anglosajones como Richard Dawkins, Christopher Hitchens, Daniel C. Dennett y Sam Harris, fundamentado principalmente en torno a la teoría de la evolución. Las ideas de Hawkingapoyan conclusiones parecidas desde la física y son el frente de batalla de una lucha ideológica de enorme alcance que se lleva librando en el mundo occidental desde hace trescientos años, si bien ahora con argumentos más técnicos y, en ocasiones, más fundados. Básicamente, la idea de Hawkingconsiste en rebatir lo que se denomina el "principio antrópico"; es decir, la serie de finos ajustes presentes en el mundo físico gracias a los cuales es posible la vida en el planeta tierra.

En España los medios se hacen eco de un ejemplo propuesto por Hawking sobre la órbita de un planeta en 1992. Si esto es todo el argumento carece de peso, dado que las llamadas "coincidencias antrópicas" son llamativas por lo numerosas que son y, en su conjunto, confieren al mundo una complejidad difícilmente justificable por el mero azar. La idea de que existe una complejidad en la naturaleza y de que esta complejidad tiene un sentido –esto es, que la naturaleza está ordenada- es el principal enemigo a batir en esta guerra.

Pero, lamentablemente, el asunto que ahora nos ocupa tiene mucho de mediático y, dada la significativa visita del Papa Ratzinger, todo esto tiene un sospechoso tinte antirreligioso. Muy lejos de los medios, y sin el boato de Hawking, Anthony Flew, un histórico filósofo del ateísmo anglosajón, se retractó de sus posturas de siempre para asumir la existencia de Dios, un Dios que se desprendía, para él, de la razón y de la reflexión de toda una vida. Nada de esto, al revés de lo sucedido con Hawking, trascendió a los rotativos mundiales. Por otro lado, astrónomos reputados que no gustan de los medios, como el norteamericano Guillermo González, ha establecido con claridad el "principio antrópico", en oposición a las tesis ahora sostenidas por Hawking. Naturalmente, cuando se habla de esto no se pone el rimbombante sustantivo de "la ciencia" sino que es precisamente esto lo que se pone en cuestión y se arrojan dudas acerca de la calidad científica de los argumentos "políticamente no correctos".

Todo esto tiene una razón de ser que, lejos de ser científica, es filosófica e ideológica. Y es que, en realidad, vivimos en un mundo edificado sobre los fundamentos antirreligiosos de la Ilustración. Es pues el ateísmo la ideología dominante, aunque no sea más que de una manera tácita. Por eso, en los medios de comunicación, el fanatismo siempre es identificado con la religión y ésta se halla permanentemente a la defensiva y bajo sospecha. Por eso también los "ateos de guardia" Richard Dawkins y Phillip Pullman, entre otros, pueden tener la cara dura de obviar las relaciones entre ateísmo y los crímenes de masas perpetrados en medio mundo por los regímenes marxistas.

Sorprendentemente, y en contra de la creencia popular, la ciencia no es ajena a las influencias políticas y hoy día el ideario Ilustrado ha configurado una ciencia de la que extrae consecuencias filosóficas a su medida, en medio de la que la religión tiene que buscar, en el mejor de los casos, un acomodo precario, pero siempre disculpándose de mil maneras.

Ahora Hawking aduce argumentos en el fondo viejos, desechados en medios que se ocultan y se descalifican sencillamente porque no están de acuerdo con lo establecido. Y por eso son tiempos éstos en que, más que nunca, debe apelarse al afán de saber de la gente. ¿Leer The grand design de Stephen Hawking? Sin duda sí. Pero también contrastar sus fuentes con eso que se denigra y se intenta excluir de las opiniones aceptadas. Léase The privileged planet deGuillermo González y, si puede, consulte los blogs de Uncommon Descent o el hispanoCiencia Alternativa. Total, puestos a hablar de "diseño", no solo Stephen Hawking tiene algo que decir. De hecho ahora lo está diciendo en un momento en que lo que puede decir suena más bien a campaña propagandística, una campaña que tiene en el fondo por único fin respaldar la ideología dominante.